Qué es el trabajo de cuidados no remunerado y quién lo realiza
De seguro en los últimos años has empezado a escuchar mucho acerca de este concepto. En la siguiente nota te explicamos a qué se refiere.

Qué es el trabajo de cuidados no remunerado y quién lo realiza - Pixabay
El trabajo de cuidados en el ámbito doméstico se refiere al cuidado de niños, jóvenes, personas mayores y personas enfermas, así como también a la preparación de alimentos, limpieza, y cuidado general de la casa, junto con todo lo que ello conlleva. ¿Pensaste en una persona particular cuando lo leías? Quizá se vino a tu mente la imagen de tu madre, abuela, hermana o tía, y no es coincidencia, porque este tipo de trabajo prácticamente nunca remunerado suele recaer en las mujeres, salvo contadas excepciones.
Todavía hoy, hay una gran brecha de género en muchos aspectos, incluido el doméstico. De hecho, aunque el trabajo de cuidados ha existido desde siempre, desde antes de lo que pudiéramos concebir como civilización, apenas ahora se empieza a hablar de él, de este tipo de cuidados domésticos, que no suele ser retribuido económicamente pero que, sin embargo, conlleva un valor económico mucho más amplio de lo que se pudiera pensar en un primer momento.
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Como explicábamos ya, el trabajo de cuidados permaneció invisible a los análisis y estudios económicos, y no fue hasta que surge la perspectiva de género en relación con esta materia que empieza a dimensionarse su valor económico.
En nuestro país, se estima, según el INEGI, que el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado equivaldría a un 24.4% del Producto Interno Bruto, es decir, casi una cuarta parte de la producción económica nacional. No obstante, todavía hay muchas personas que se niegan a darle la importancia que se merece. Este tipo de estudios permiten que se dé a conocer la contribución de las mujeres a la economía.
Son las mujeres quienes suelen realizar el trabajo doméstico y de cuidados, aunado, en gran parte de los casos, a un trabajo formal o informal. Diversos estudios han demostrado que las cargas más altas de trabajo doméstico no remunerado son puestas en ellas. Esto incluso en países que pueden ser considerados más avanzados en cuestión de políticas y perspectivas de género.
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En México, las mujeres dedican más del doble de tiempo que los hombres al trabajo doméstico y de cuidados. En promedio, por ejemplo, son ellas quienes gastan al menos 28.8 horas semanales a estas tareas, en contraposición a un promedio masculino de 12.4 horas.
El problema con esta sobrecarga de trabajo, es que ocasiona desigualdades entre hombres y mujeres en el uso del tiempo, pues limita que ellas puedan incorporarse al mundo laboral, o ascender en él, así como también, disminuye su participación en la vida pública y política; reduce su acceso a la cultura, arte, deporte y ocio. A esto, hay que sumar la brecha salarial, que en el país ronda un 16.5% de diferencia por el pago de un mismo trabajo.